Grosellas rojas y blancas
Se las trata exactamente igual que a las negras aunque existe una diferencia importante: aparecen sobre las ramas de dos o tres años. Esto significa que la primera poda se hace cuando el arbusto cuenta con dos años, y se eliminan en ella todas las ramas salvo siete u ocho de las mejores. Cada año después de ése se cortan todos los brotes menos tres o cuatro que sirven para dar forma al arbusto. En el tercer año y sucesivos se recortan las ramas viejas a nivel del suelo.
Se trata de tener en cada arbusto unas pocas ramas de un año, otras de dos y otras de tres, con abundantes ramillas fructíferas en cada una de ellas. La otra cosa importante es darles una buena forma: abierta por el centro, no demasiado extendida ni tampoco apiñada en exceso.
Las ramillas fructíferas se podan igual que si se tratara de un manzano puesto que los frutos se presentan de igual modo que en ese árbol. El principio básico es podar los brotes laterales dejando una o dos yemas para estimular así la fructificación.
Los árboles arbustivos se dejan en forma de "pie corto" (un tallo principal de algunos centímetros de alto) pero los groselleros rojos y blancos son también excelentes en cordón o espaldera.
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