sábado, 14 de julio de 2007

Melocotón y albaricoquero

Melocotón y albaricoquero


El melocotonero y el albaricoquero son muy similares y deben cultivarse del mismo modo; comparten las mismas plagas y enferme­dades. Hay infinidad de variedades de uno y otro que se diferencian por la lisura o color de la piel, la adherencia de la pulpa al hueso, etc. Son las pavías, griñones, duraznos, fresquillas; botánicamente son idénticos. En climas frescos sólo merece la pena cultivarlos si ya se tienen suficientes manzanos, perales y ciruelos. En cambio, en climas más cálidos pero no subtropicales se los puede considerar como frutales principales. Se cultivan también en inver­nadero.


Suelo y clima:

Los melocotoneros y albaricoqueros crecen en arena o en suelos muy arenosos o abundantes en grava, siempre que dispongan de humus en abundancia. Gustan de veranos muy calurosos e invier­nos bastante fríos. Lo ideal es que la temperatura invernal esté por debajo de los 4 "C durante algunas semanas para que gocen de un período de inactividad, aunque sin que llegue a hacer excesivo frío. Ambos han de estar en un lugar soleado y no se los debe cultivar en donde se formen bolsas de aire helado. Un sitio muy adecuado es una pendiente hacia un lago, un río o un estuario. En climas templados frescos, son de cultivo difícil al aire libre, aunque es posible tener éxito si se los despliega en abanico contra una pared orientada al sur. Sin embargo, si hay que tenerlos en lugar abierto es mejor una pendiente orientada al norte que al sur. Esto se debe a que de este modo no florecen temprano con lo cual se libran de las heladas tardías.

Tratamiento del suelo:

Hay que hacer una buena cava e incorporar humus abundante, aunque no demasiado rico en nitrógeno. El exceso de este elemento vuelve a los melocotoneros exuberantes y tiernos y, por lo tanto, más vulnerables a los daños de la helada. La turba y el mantillo son muy buenos. Lo ideal es un pH de 6 o algo más.


Multiplicación:

Los melocotoneros se plantan a comienzos de la primavera, excepto en climas muy suaves, ya que el tiempo frío les perjudica en su primer año. Debe elegirse una variedad de la que se sepa que es apta para la zona (para ello se pregunta en un vivero local) y se plantan del mismo modo que los manzanos. Se cultivan también en bancal profundo circular. Existe la posibili­dad de adquirirlos ya injertados o de preparar uno el propio injerto


Si se quiere un árbol pequeño, "St. Julien A" es un buen patrón; Brompton es el mejor para los ejemplares grandes. En la actualidad se están obteniendo variedades resistentes y especiales de melocotonero que no requieren injerto.


Cuidados durante el crecimiento:

La fruta sale sólo en la vegetación leñosa del año anterior, hecho que conviene recordar al podar. Al plantar un arbolito joven hay que recortarlo hasta unos 60 cm sobre el nivel del suelo exacta­mente por encima de una rama. A principios del verano se le hace otra poda intensa; se cortan todas las ramas hasta 25 cm del tronco (no a ras de éste). Las nuevas ramas se desarrollan durante el primer verano al lado de los muñones de las viejas. Se eliminan todas excepto tres que constituirán el "esqueleto" del árbol.


Lo que se persigue ahora es hacer que la más recta de las nuevas ramas ascienda en vertical y forme un tronco o, mejor aún, que las tres crezcan hacia arriba separadas entre sí formando un trípode invertido. Todas las podas subsiguientes, que deben hacerse cada año a principios del verano, deben mantener esta forma. Se elimi­nan los brotes dirigidos hacia el interior y se recortan todos los que hayan muerto en su ápice hasta lograr madera blanca sin manchas marrones en el medio. Hay que proteger todas las heridas con pin­tura.


En climas fríos, a los melocotoneros hay que aplicarles nitró­geno a principios de la primavera a razón de 28 g por cada año de crecimiento del árbol. Esta cantidad dosificada permite que el árbol crezca con vigor y fructifique en verano pero detenga su desarrollo antes de la llegada del invierno, cuando las heladas dañarían la nueva vegetación.


Los frutos deben aclararse hasta obtener uno cada 25 cm de rama. Lo mejor es hacerlo en dos fases: hacia mediados del verano se aclaran a 10 cm y unas cuatro semanas después, cuando los fru­tos sean del tamaño de una nuez, a 25 cm.


Plagas y enfermedades:

Rizado del melocotonero: Es una enfermedad muy común en Euro pa. Las hojas se rizan y se arrugan. Hay que rociar con caldo bórdeles a mediados del invierno y de nuevo un mes más tarde. Vuelve a rociarse en otoño antes de la caída de la hoja.

Manchas de las hojas: Es una enfermedad bacteriana que produce manchas pardas sobre las hojas y que llega a resultar grave.


Recolección y almacenamiento:


Cuando los melocotones se ponen amarillos y resultan algo blan­dos al apretarlos, es el momento de recogerlos. Girando un poco el fruto se lo desprende. Puede estar almacenado hasta una quincena en un sótano fresco; otros destinos son la congelación o el envasado. Los albaricoques se cogen y consumen cuando están blandos y maduros, o bien se arrancan un poco antes, cuando todavía están algo duros, y se los pone a secar. Para hacer esto se parte el fruto por la mitad y se retira el hueso. Se los deja después en bandejas al sol, con la cara de partición hacia arriba, hasta tres días.

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