Rosáceas
Manzanas, peras, membrillos, cerezas, melocotones, albaricoques, ciruelas, frambuesas, zarzamoras y fresas son frutos producidos por miembros de la útil y hermosa familia de las Rosáceas. Es una enorme familia que incluye asimismo a la agrimonia, la pimpinela o sanguisorba, el serbal, más de 500 especies de espinos y, desde luego, a los rosales.
La mayoría de los frutales cultivados en climas templados pertenecen a esta familia que tiene varias subdivisiones: entre ellas hay plantas con fruto de hueso como por ejemplo las cerezas y las ciruelas, las que tienen bayas como en el caso de las fresas y las frambuesas, y las que dan lo que los botánicos llaman pomos.
Los insectos polinizan a todas las especies, razón por la cual tienen flores tan atractivas. Dependen también de las aves y de los mamíferos para propagar sus semillas —bien estercoladas— por lo que sus frutos son muy vistosos y además comestibles. Y así, con la ayuda de otros seres vivientes, el ciclo se renueva y las Rosáceas siguen alegrando nuestras vidas.
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